Los servomotores están hechos de cuatro partes principales: motor de corriente continua, potenciómetro, circuitos de control y una caja de cambios. Todos estos componentes trabajan juntos para ofrecer un control preciso sobre la posición de este motor. Funciona en un sistema de circuito cerrado que proporciona retroalimentación al microcontrolador y le permite posicionar el motor en un lugar. Como los servomotores tienen su propio controlador, no necesitan necesariamente un controlador externo.
Los servomotores se utilizan para aplicaciones que requieren alta precisión, como un brazo robótico. El motor de corriente continua dentro del servomotor tiene una alta velocidad y un bajo torque, pero la caja de engranajes disminuye su velocidad mientras que aumenta el torque. La velocidad puede entonces ser controlada usando PWM. A diferencia de los motores de corriente continua, los servomotores pueden funcionar a alta velocidad y alto torque al mismo tiempo.